Inicio

El trágico destino de los aviadores que lanzaron las bombas atómicas sobre Japón

Por History Channel Latinoamérica el 06 de Agosto de 2020 a las 14:28 HS
El trágico destino de los aviadores que lanzaron las bombas atómicas sobre Japón-0

Durante la madrugada del 6 de agosto de 1945, a la vanguardia de la misión que una hora más tarde arrojaría la primera bomba atómica de la historia bélica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, despegó un bombardero B-29 bautizado con el nombre de Straight Flush. Comandando por Claude Eatherly, piloto del Grupo de Operaciones 509, el avión completó la misma ruta que desandaría luego el Enola Gay, un bombardero B-29 modificado para la misión de bombardeo atómico, relevando las condiciones meteorológicas, que esa madrugada eran óptimas.

 

Para cuando Eatherly regresaba a la base, el Enola Gay se disponía a liberar a Little Boy, nombre con el que fue bautizada la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima, lo que ocurrió a las 8.15, hora local, y mató instantáneamente a más cien mil personas. El avión a cargo del bombardeo, piloteado por Paul Tibbets, no volaba solo: era la pieza principal de una misión constituida por varios aviones escolta y de meteorología. Entre la partida del primer avión y el regreso del último, la misión demoró aproximadamente doce horas.

Segundos después de arrojar la bomba atómica sobre Hiroshima, los once tripulantes del Enola Gay experimentaron lo que hasta entonces ningún otro militar había sentido en la historia de la guerra. El copiloto Robert Lewis murmuró apretando los dientes: “Dios mío ¿Qué hicimos?”, y más tarde narró: “Ahí abajo había una ciudad y de pronto no estuvo más. Fue como si una boca gigante la hubiese aspirado en un segundo”. Los tripulantes fueron recibidos triunfalmente en la base y el piloto Tibbets fue condecorado tan pronto puso un pie sobre la tierra.

-aviadores-que-lanzaron-las-bombas-atomicas-sobre-japon
El coronel Paul W. Tibbets junto al Boeing B-29 "Enola Gay" que piloteó en su histórica misión de bombardeo atómico sobre Hiroshima, Japón.

A través de sus memorias, que recogió en escritos, Paul Tibbetts jamás se mostró arrepentido ni manifestó remordimientos por su participación en el ataque atómico a Hiroshima. Lo mismo sucedió con el resto de la tripulación del Enola Gay, que jamás demostró en público sentir culpa alguna por sobrellevar exitosamente una misión, incluso cuando involucraba una de las mayores matanzas civiles de la historia. Aunque sobre la tripulación del Enola Gay se tejieron rumores de desequilibrios mentales, delitos aberrantes e incluso suicidio, nada de eso ocurrió realmente, aunque sí con otros integrantes de la misión.

La historia de Claude Eatherly, piloto del avión de observación que precedió al Enola Gay, se hizo muy conocida, especialmente por énfasis con que fue desprestigiado por sus detractores. Cuando la Segunda Guerra Mundial terminó, Eatherly se transformó en un hombre díscolo y propenso al crimen. La Fuerza Aérea lo dio de baja en el año 1947 y a partir de entonces apenas si pudo mantener por algún tiempo un empleo estable, comenzó a cometer delitos menores y a ser ingresado por periodos breves en distintos centros de salud mental; incluso sobrevivió a algunos intentos de suicidio.

enola
Avion volando

Mientras tanto, comenzó una prédica implacable contra el uso de armamento nuclear y contra la guerra en general, hasta el punto de convertirse en un símbolo mundial. Paralelamente, oficial y extraoficialmente, comenzó a ser desacreditado por autoridades del Ejército tanto como por sus excompañeros del Cuerpo 509. Mucho después, en 1985, un día antes del aniversario número 40 de los bombardeos atómicos, Paul Bregman, de 60 años, se suicidó en su casa, víctima de una profunda depresión. Según sus familiares, jamás pudo superar la experiencia de la Guerra y especialmente el haber sido parte de la tripulación del Bockscar, bombardero que arrojó la segunda bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki, el 9 de agosto de 1945.

Aunque la noticia de su suicidio se diseminó por todo el mundo y se repitió en cada nuevo aniversario del bombardeo a Japón, diversas investigaciones demuestran que no existen antecedentes sobre su participación en la misión del 9 de agosto. No aparece en ninguna de las fotografías tomadas a la tripulación e incluso fue necesaria la intervención de un vocero de la Fuerza Aérea para aclarar la situación. Según su versión, Bregman era efectivamente un aviador que participó en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, pero el 9 de agosto se encontraba en la base de Guam, lejos de Nagasaki. Desde luego, nada quita que se sintiera de cualquier modo afectado por el bombardeo atómico estadounidense.

Fuente
infobae.com
Créditos Imagen
Istock / getty